El eterno problema suscitado en las reclamaciones de daños personales y materiales derivados de los accidentes de circulación es siempre la relación con la compañía aseguradora que tiene que abonarla.
Solucionar un problema con una aseguradora nunca es fácil, y requiere de conocimientos y preparación para poder negociar, transar y en su caso, reclamar judicialmente, para defender de manera justa el derecho de las víctimas de accidentes de tráfico a ser compensado por los daños y perjuicios sufridos a consecuencia del mismo.
Las aseguradoras y los seguros de vehiculos
Todos los vehículos tienen que contar con un seguro de responsabilidad civil, que cubrirá la responsabilidad civil de los conductores frente a terceros, por todos los daños, sean personales o materiales, que hayan causado como consecuencia de un accidente de circulación.
Dicho seguro no va a cubrir, no obstante, los daños sufridos por el conductor del vehículo si es el responsable del accidente de tráfico.
Seguros hay muchos, al igual que aseguradoras, las coberturas varían de unos a otros y de unas compañías a otras. Nuestra experiencia, no obstante, es que independientemente de ello, cuando tenemos que acudir a la aseguradora después de sufrir un accidente de tráfico, en un porcentaje muy alto, el asegurado se encuentra desasistido, falto de información, y por supuesto no atendido como correspondería en una situación que no deja de ser traumática y dolorosa, sobre todo en los casos de accidentes con grandes lesionados o con fallecidos.
El interés de una aseguradora no es el del lesionado, sino el de la compañía. Por tanto, partimos de la base de que la compañía siempre va a buscar su propio beneficio, y le da igual que la víctima esté mejor o peor, o que tenga más o menos secuelas derivadas del accidente, puesto que cuanto menos pague más le ahorra a la compañía. El perjudicado es siempre la víctima.
Solucionar un accidente de trafico con una aseguradora
En muchas ocasiones hemos recibido clientes que vienen a asesorarse después de haber intentado por su cuenta tramitar su reclamación de la indemnización correspondiente por el accidente de tráfico sufrido.
Las víctimas parten de la buena fe de la compañía de seguros, esperando que se les ayude en su proceso curativo, y que se les facilite la tarea de la reclamación, el arreglo de los daños materiales de su vehículo, la gestión de la rehabilitación que necesitan, y otros muchos pasos en los que el tiempo resulta clave para garantizar el éxito de la misma.
Pero según va pasando el tiempo, se les demora la reparación de su vehículo, lo que les causa trastornos en su día a día, no se les informa de que tienen derecho a recibir tratamiento rehabilitador gratuito para la curación de sus lesiones, o se les deriva a centros que no les dan el tratamiento adecuado o se lo cortan antes de tiempo, porque de alguna forma “colaboran” con las aseguradoras, tampoco se les indica que si no reciben la asistencia médica antes de 72 horas no podrán reclamar la indemnización por lesiones que les corresponda, o incluso no les indican las pruebas médicas que necesitan para acreditar la existencia de esas lesiones.
El resultado de esa falta de información por parte de las aseguradoras conlleva que si la indemnización prospera, siempre es mucho menor que la que de verdad corresponde al lesionado, que no ha sido bien dirigido y mucho menos asesorado, con lo que después de todo el tiempo transcurrido, cuando la víctima quiere informarse con un abogado especialista, es demasiado tarde, y la reclamación es un fracaso.
¿Abogados especialistas o aseguradoras?
Ante tanto despropósito, el papel de los abogados especialistas en la reclamación de indemnizaciones por accidentes de tráfico se convierte hoy en día en imprescindible para ayudar a cualquier víctima de un siniestro, sea leve o grave.
El abogado especialista no se casa con nadie. Trabaja al margen de las aseguradoras, y su experiencia la pone a disposición del lesionado. Su propósito inicial es siempre informar a la víctima, especialmente en esos primeros días posteriores al accidente que son claves para atar de manera clara el caso, y cumplir con todos los requisitos que se indican en la ley para acreditar tanto la dinámica del accidente, como los daños personales sufridos en el mismo, así como los daños materiales.
Para una compañía de seguros, la víctima es un expediente más que hay que tramitar, y lo hacen-tanto tramitadores como abogados de compañía-con la finalidad de ahorrar todo lo posible a la aseguradora, de ahí que les resulte indiferente tanto como se encuentre el lesionado como lo que cobre en concepto de indemnización.
El abogado especialista, sin embargo, personaliza a cada cliente, porque además sus honorarios los hace depender de la indemnización que consiga, por tanto su interés es que el lesionado cobre lo que en justicia le corresponde, y su labor jurídica va encaminada a orientar y ayudar a la víctima en ese recorrido hasta que se estabiliza de su lesiones y es momento de hacer la reclamación en firme al seguro.
El papel del abogado especialista, además, va más allá incluso del mero asesoramiento, puesto que se vincula mucho más a la situación de cada cliente, indicándole en cada momento del proceso de reclamación cada paso a dar. Además de lo anterior, en la mayoría de los casos el cliente recupera en todo o en parte los honorarios del abogado especialista, gracias a la cobertura de defensa jurídica que tienen incluida en su póliza de seguro, por lo que además de estar bien asesoradas, las víctimas pueden contar con el abogado especialista que libremente designen porque sus servicios les van a salir gratis en todo o en parte en virtud de la cobertura por defensa jurídica, y dependiendo del importe de dicha cobertura.
653517517 – Teléfono y Consulta gratuita
